Blog El Amor
Compañeros de camino
Viviendo viajamos desde el miedo hasta el amor, cada uno a su manera original y única, pero no recorremos este camino en soledad. Sería muy triste hacerlo así. Nos acompañan innumerables compañeros de camino. Algunos permanecen solamente unos días, o semanas, en nuestras vidas. Otros, largos años. Lo importante no es el tiempo que estén, no, sino los lazos. Cuando son lazos de amor, la vida es gozo. No siempre lo son.
Las relaciones con los demás nos enriquecen y nos muestran el camino del amor. A amar se aprende amando. No hay secretos.
El vernos reflejados en los demás nos muestra el camino del amor. Atrás quedan los miedos, donde no volveremos ya que avanzamos, sin duda, hacia el amor. Amor a la Vida. Amor a los demás. ¿Qué más da si todo es amor?
Del miedo al amor
La vida es un viaje desde la oscuridad hasta la luz.
En los momentos de más oscuridad vives el miedo, tan intenso que parece que no existe nada más, pero la Vida está ahí, dispuesta a ayudarte y a ganarse tu confianza. Das un gran salto cuando vences al miedo y confías en la Vida.
Después todo es más sencillo,
Después, ya sin miedo, te atreves a soñar... y tus sueños dan paso al entusiasmo, que es amor a la vida.
Has pasado del miedo al amor. No se puede pedir más.
Gracias, Vida.
Manifestaciones del amor
Existen infinidad de manifestaciones del amor.
Cuando perseguimos nuestros sueños, el entusiasmo se manifiesta en actividad incesante. Cuando nos enamoramos, la pasión se manifiesta en sexo. Cuando buscamos la belleza, la creatividad se manifiesta en canciones, poemas, cuentos, ensayos, fotografías, dibujos, pinturas, esculturas, perfumes, platos deliciosos... Cuando somos madres, o padres, el amor se manifiesta en hijos, seres humanos independientes con derecho a desarrollarse espiritual y físicamente saludables. Así en todas las áreas de la vida.
Son los frutos del amor. Y, recuérdalo, eres responsable de las manifestaciones de tu amor.
Energía que unifica el Universo
El amor es la energía que unifica el Universo. Es la gran fuerza que lo mueve todo.
Escribo sobre infinidad de caminos en la Vida, pero todos remiten al amor. Sin amor no hay caminos. No puedes seguir el camino de la oración si no amas a Dios. Tampoco puedes seguir el camino de los sueños si no te apasiona la vida. No podrás seguir ningún camino si no te amas a ti mismo tanto que quieras ser tu mejor versión.
Sin amor no hay ni gratitud, ni perdón, ni solidaridad...
La vida no es otra cosa que una oportunidad para 🤝 amar.
Cuando yo muera quisiera que dijeran que mi vida fue apenas un instante apasionado. ♥
Convierte al otro en tu meditación
Que tus seres queridos sean tu meditación no quiere decir transformarlos a tu antojo, sino aceptarlos y amarlos tan plenamente que ese amor te transforme a ti, que te haga crecer y te convierta en un ser aún más amoroso. ♡
Así, cuando el amor es meditación, se convierte en paciencia, comprensión, entrega y generosidad. Y, como recibes lo que das, te conviertes en un ser más paciente, comprensivo, entregado y generoso, incluso contigo mismo. Amando a los demás aprendes a amarte.
El primer paso es ponerte en los zapatos de los demás, en su punto de vista. Se trata de entenderlos sin juzgarlos. A medida que lo consigas la vida se vuelve más amable.
Cambiar a los demás
En este blog no voy a enseñar a amar: eso se aprende en la primera infancia. En la edad adulta ni siquiera puede modificarse la forma de amar de los demás, y es un error común intentarlo, pero no podemos modificar al prójimo -sea hijo, pareja o amigo-, a nuestro antojo. La gente cambia, sí, pero solamente lo hace cuando ya les ha dolido lo suficiente o cuando les lleva a ello, de manera natural, su evolución personal.
¿Qué hacer cuando alguien no nos quiere como a nosotros nos gustaría que nos quisiera? Marcharnos sin mirar hacia atrás. Sé que es duro y difícil pero no hay otra opción. No podemos quedarnos y sentir que nos están maltratando o que nos dan migajas cuando nosotros ofrecemos un banquete. Ya sé que no siempre es posible: no se puede abandonar a un niño, pero sí a un amante o a un amigo. Vete, si es necesario, vete.